martes, 6 de octubre de 2009

Jovenes Peronistas: Nunca dejen de ser militantes

El militante es alguien que sabiéndose parte de algo mayor, suma su energía individual a algún "nosotros" que lo trascienda. Elige ese "nosotros" en la política, la religión, la actividad social o lo que fuera, y se inserta en ese colectivo para ser algo en común.

Es todo lo contrario de un individualista o un burócrata. Su mochila individual le importa menos que la mochila colectiva, a lo suno igual, pero nunca más. Tiene un compromiso hacia los demás y ese compromiso se demuestra en la acción. Ser militante es una manea de vivir la vida.

Así sentimos la militancia política los peronistas, sabiendo que tenemos por delante una tarea titánica, pues no se trata sólo de una tarea partidaria, porque de sus frutos se alimentarán todos los argentinos: debemos recuperar y represtigiar la política.

Es preciso saber bien de qué se trata. No son estos, tiempos de mártires. Pasó la hora de la figura prototípica del militante mitológico, de los que con tanta entrega y generosidad nutrieron a nuestro movimiento y dieron su vida por él. Hoy vivimos un tiempo en el que se hace necesario la creación de un espacio diferente, en el cual cada uno haga un culto anónimo de un "heroísmo cotidiano" capaz de desafiar los códigos culturales del no compromiso y de la presunta decadencia de la política y los políticos. Que nos conduzca a recuperar el sentido último de la grandes causas colectivas. Que nos permita retomar las discusiones fraternas entre compañeros. Que nos anime a recomponer la filosofía comunitaria de la vida. Que nos obstine para restituir el espíritu solidario de la existencia.

El desafío de los jóvenes es conseguir que la política siga viviendo en el peronismo y en la sociedad argentina como una de sus esencias básicas. Es desde la política que el peronismo ha producido las grandes transformaciones nacionales. Y lo hizo, además, porque ha sabido resistir la mudanza de los tiempos. No ha sido solamente por el vigor de las ideas contenidas en su sabia doctrina. Ha sido, sobre todo, porque nuestros militantes se negaron una y otra vez a arriar sus banderas y entregar sus sueños.

Los jóvenes peronistas, tienen, por delante, ese primer compromiso, que nos iguala a todos en nuestra fe doctrinaria: no olvidar que nuestro movimiento será siempre una pasión militante, la casa de las mejores utopías y de los sueños más hermosos de Igualdad, Dignidad y Justicia.

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